Micromundos. “A principios del siglo XX, con la entrada de la democracia en Venezuela, comenzó el éxodo de campesinos a la ciudad, produciendo el despoblamiento de las zonas rurales del país y la saturación demográfica de los centros urbanos. Al mismo tiempo, en esos años llegó un importante número de inmigrantes europeos a Caracas, en su mayoría españoles, italianos y portugueses, debido a la miseria y hambruna que habría dejado la postguerra en el viejo continente. El valle de Caracas es relativamente pequeño y bastante irregular y esta superpoblación causó la expansión de zonas marginales en las periferias de la ciudad, pero también la ocupación de franjas vacías entre zonas ya urbanizadas. Estas nuevas comunidades construidas azarosamente son los llamados barrios. Enlutada por la injusticia y la violencia que castigan mi país, decidí visitar algunos de estos barrios populares de Caracas y logré traspasar umbrales que desconocía. El escrúpulo y el temor que me embargaban al inicio se desvanecieron rápidamente ante la receptividad de la gente que allí encontré y poco a poco me sumé a esos micromundos donde el tiempo parecía haberse detenido. Contrastes muy marcados dentro de la misma zona de la ciudad; pequeños y humildes refugios que ocupan rendijas entre grandes edificios construidos en los lugares más insospechados que uno pueda imaginar; reductos, refugios, recintos sencillos y marginales, trozos de tierra humanizados que sus habitantes han interiorizado y han hecho suyos de muchas maneras y por múltiples razones y que pasan inadvertidos al resto de los conciudadanos. La persistencia de lo rural en lo urbano. Tocar cada puerta fue identificar la hospitalidad del venezolano nativo y también del europeo hecho venezolano. Atmósferas cálidas, llenas de recuerdos, nostalgia, remembranzas de otras épocas y personajes que parecen detenidos en el tiempo, atrapados por el pasado, protegidos en sus diminutos mundos para escapar de la vorágine de la gran ciudad, evocando recuerdos para hacerse perdurables. Inmediatamente, la mirada comienza a tropezarse con un sinfín de objetos efímeros, muebles, íconos, altares y fotografías que revelan un poco de nuestra idiosincrasia e imágenes que nos hablan de un gran apego a las tradiciones religiosas y hasta de sus tendencias políticas, llenando de significado, emociones y memoria un rincón anónimo y amorfo de este mundo. Casa por casa, fotografío estampas y bodegones dignos de pintores de otras épocas y descubro estos pequeños mundos desconocidos de los barrios venezolanos. Caracas es sólo el principio.”
Microworlds. At the beginning of the twentieth century, and with the start of democracy in Venezuela, began an exodus of farmers to the city, causing the depopulation of rural areas of the country and the demographic saturation of urban centers. During those years, a large number of european immigrants also arrived to Caracas -mostly spaniards, italians and portuguese- due to the post war misery and famine of the old continent. The Caracas valley is relatively small and mostly irregular and this overpopulation caused not only the expansion of marginal areas in the outskirts of the city, but also the occupation of empty strips between already urbanized areas. These newly constructed communities are the so-called barrios. “Entangled by the injustice and violence that punish my country, I decided to visit some of these popular neighborhoods of Caracas and managed to cross thresholds that I did not know. The scruple and fear that gripped me at the beginning faded quickly to the receptivity of thepeople I met there and I gradually joined those microworlds where time seemingly stopped. House by house, I photograph portraits and still life worthy of painters of bygone times and I decode these small unknown worlds of the Venezuelan neighborhoods. Caracas is just the beginning."
MARIANELLA PERRONE (VENEZUELA)
Es odontólogo egresada de la Universidad Centralde Venezuela -donde trabajó como profesora titular durante 30 años-, con maestría en Microbiología del Instituo Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC. Se inicia en la fotografía en 2008 en la escuela de Roberto Mata en Caracas y continúa su formación realizando talleres especializados de la mano de fotógrafos nacionales e internacionales. Se ha dedicado al retrato fotográfico y ha incursionado en el campo del paisajismo y el documentalismo. Ha participado en varias exposiciones colectivas incluyendo “Caracas Norte Sur Este Oeste” exhibida en el CIEF, Universidad Metropolitana de Caracas. (2011) y en el festival de venezolanos en New York (2011) y “Retratos”, Taller RMTF, Caracas (2011), entre otras. Fue seleccionada en el Salón Nacional de Arte Aragua de Maracay de Venezuela y en el Salón Dycvensa (2012).